Las dos caras de la moneda
¿Cómo era la vida de los primeros creyentes?
Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común.
Hechos 2.45-47: 45 vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. 46 No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, 47 alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.
Hechos 4.32-35: 32 Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. 33 Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, 34 pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas 35 y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad.
- Dios usa tus heridas para sanar a otros
Isaías 53.5: él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados.
- Dios usa tus triunfos para animar a otros
Hebreos 12.1: Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante.
- Tu relación con Jesús es personal, pero nunca individual
“La persona que ama su sueño de comunidad destruirá la comunidad, pero la persona que ama a quienes la rodean creará comunidad”. - Dietrich Bonhoeffer, Vida en comunidad
Efesios 6.12 Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.