Bendecidos para Bendecir
1. Esperamos la bendición de Dios con fe
Lucas 12:24-31: “Miren las aves del cielo. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque Dios los
alimenta. ¡Y ustedes son para Él mucho más valiosos que cualquier pájaro!
¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida? Y, si por mucho
preocuparse no se logra algo tan pequeño como eso, ¿De qué sirve preocuparse por cosas más
grandes?. Miren cómo crecen los lirios. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su
gloria se vistió tan hermoso como ellos. Y, si Dios cuida de manera tan maravillosa de las flores que
hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen
tan poca fe?. No se inquieten por lo que van a comer o lo que van a beber. No se preocupen por esas
cosas. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos en todo el mundo, pero su Padre ya
conoce sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y Él les dará todo lo
que necesiten.”
2. Recibimos la bendición de Dios a través de Jesús
Efesios 1:3: “Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con
toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo”
Romanos 5:10: “Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía
éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo”
3. Celebramos la bendición de Dios a través de la adoración
Romanos 5:11: “Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que
nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios”
4. Compartimos la bendición de Dios con otros
2da Corintios 9:8: “Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario
ya habrá bastante de sobra para compartir con otros”
Hechos 20:35: “Yo he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en
necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibir”