Eliseo, pasión por el poder de dios
Eliseo y milagros de sanidad
1-Introducción
Algunos ejemplos- Brindó un hijo a una mujer de Sunam que no podía procrear, prediciéndole con un año de antelación el hecho, el cual se cumplió no obstante la incredulidad inicial de la mujer. (2 Reyes 4:14-17)
- Resucitó al hijo de la mujer sunamita (2 Reyes 4:27-37). Juzgando que el hijo se hallaba primeramente con unos segadores, y más tarde, previo a fallecer, presentó un fuerte dolor de cabeza (2 Reyes 4:18-20) se deduce que habría muerto de una grave insolación.
- Causó ceguera al ejército sirio, el cual había sido enviado para capturarlo. (2 Reyes 6:13-18)
- Al entrar en contacto con las reliquias de Eliseo, el cadáver de un hombre resucitó. (2 Reyes 13:20-21)
2-Eliseo y Naamán
2 Reyes 5:1-271. Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso. 2. Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. 3. Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. 4. Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. 5. Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. 6. Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. 7. Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que este envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí. 8. Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel. 9. Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. 10. Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. 11. Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. 12. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. 13. Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? 14. Él entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio. 15. Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. 16. Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso. 17. Entonces Naamán dijo: Te ruego, pues, ¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas? Porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a Jehová. 18. En esto perdone Jehová a tu siervo: que cuando mi señor el rey entrare en el templo de Rimón para adorar en él, y se apoyare sobre mi brazo, si yo también me inclinare en el templo de Rimón; cuando haga tal, Jehová perdone en esto a tu siervo. 19. Y él le dijo: Ve en paz. Se fue, pues, y caminó como media legua de tierra. 20. Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He aquí mi señor estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las cosas que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él y tomaré de él alguna cosa. 21. Y siguió Giezi a Naamán; y cuando vio Naamán que venía corriendo tras él, se bajó del carro para recibirle, y dijo: ¿Va todo bien? 22. Y él dijo: Bien. Mi señor me envía a decirte: He aquí vinieron a mí en esta hora del monte de Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas; te ruego que les des un talento de plata, y dos vestidos nuevos. 23. Dijo Naamán: Te ruego que tomes dos talentos. Y le insistió, y ató dos talentos de plata en dos bolsas, y dos vestidos nuevos, y lo puso todo a cuestas a dos de sus criados para que lo llevasen delante de él. 24. Y así que llegó a un lugar secreto, él lo tomó de mano de ellos, y lo guardó en la casa; luego mandó a los hombres que se fuesen. 25. Y él entró, y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha ido a ninguna parte. 26. Él entonces le dijo: ¿No estaba también allí mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas? 27. Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y salió de delante de él leproso, blanco como la nieve. LAS CINCO ENFERMEDADES DE NAAMÁN
Aparte de su lepra, Naamán tenía otras enfermedades más, pero no eran en su piel, sino en su corazón, y esta mañana vamos a reflexionar en esas otras cuatro enfermedades que tenía Naamán aparte de la lepra. Nos daremos cuenta que muchos de nosotros también tenemos en nuestra vida las mismas enfermedades de Naamán. 1. LA PRIMER ENFERMEDAD DE NAAMÁN ERA LA LEPRA
La lepra es un símbolo del pecado en la vida del hombre, pues así como la lepra avanza en la piel así el pecado va contaminando poco a poco nuestra alma y nuestro corazón, al igual que la lepra el enfermo no puede curarse por sí mismo, el pecado no lo podemos curar ninguno de nosotros, por eso Naamán busco ayuda para ser sanado de su lepra por el profeta Eliseo. La lepra llevaba a las personas a la muerte, así el pecado lleva a las personas a la condenación eterna. Para la lepra de nuestra vida no hay nadie más que nos pueda limpiar que nuestro Señor Jesucristo (1Juan 1:7) Solo nuestro Señor Jesucristo nos salva de la condenación eterna por el pecado (Juan 10:28) 2. LA SEGUNDA ENFERMEDAD DE NAAMÁN ERA EL MAL CARÁCTER
(2 Reyes 5:9-11) Cuando el profeta Eliseo le mando a decir al gran general Naamán que se lavara siete veces en el Jordán y con esto quedaría limpio, en lugar de obedecer se enojó. Él quería que saliera Eliseo a poner sobre el su mano, no que lo mandara a el a hacer algo, un judío dándole órdenes a el que era el general de Siria. Cuando las cosas no se hicieron como el quería o como el pensaba salió su otra enfermedad: el enojo, el mal carácter. Muchos de nosotros tenemos la misma enfermedad que Naamán, cuando las cosas no salen como nosotros queremos nos enojamos, nuestro mal carácter aparece. Por nuestro enojo y mal carácter hacemos locuras (Proverbios 14:17) Por nuestro enojo y mal carácter ofendemos con nuestras palabras (Proverbios 12:18) Por nuestro mal carácter cometemos muchos pecados: violencia contra nuestra familia, blasfemias contra el Señor, contra la iglesia, pastores, etc (Proverbios 29:22) 3. LA TERCERA ENFERMEDAD DE NAAMÁN ERA LA IMPACIENCIA,
(2 Reyes 5:11) Y Naamán decía para sí mismo: saldrá el LUEGO…. Naamán quería ser atendido rápidamente, porque él era el general!!Lastimosamente esa enfermedad muchos cristianos la padecemos también, pues somos impacientes para con Dios, queremos que el obre en el tiempo que nosotros queremos. Muchos cristianos le ponemos hora y fecha a Dios para que obre un milagro en nuestra vida. Dios quiere enseñarnos en los problemas de nuestra vida dos cosas muy importantes:
- A esperar en el con paciencia (Salmo 40:1)
- A reconocer que Dios para obrar en la vida de una persona no ve relojes ni calendarios, sino corazones humildes (Salmo 138:6)
(2 Reyes 5:11) Naamán quería recibir un milagro de parte del Dios de Eliseo, porque no era su Dios, el no creía en el Dios de Eliseo pero quería ser sanado por él. ¿Cuantas personas y aun cristianos piden oración de otras personas porque ellos no tienen fe que Dios escuche sus oraciones? ¿Cuantos cristianos viven de la fe de otros, porque Dios no es su Dios? Si quieres ver la gloria de Dios en tu vida tienes que creer tu primeramente, no vivas solamente de la fe delos demás, tu tienes que tener fe en el poder de tu Dios (Juan 11:40) 5. LA QUINTA ENFERMEDAD DE NAAMÁN ERA LA SOBERBIA
(2 Reyes 5:12) Cuando el profeta Eliseo mando a Naamán a lavarse en el río Jordán, él se enojó porque en Siria habían muchos mejores ríos que el Jordán. Naamán era soberbio acostumbrado a hacer lo que él decía, y que los demás hicieran lo que él quería