El joven triste
“Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” Filipenses 2:11 NVI
1. Un joven buscando la vida eterna
“Cuando Jesús estaba por emprender su camino a Jerusalén, un hombre se le acercó, se arrodilló y le preguntó: -Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna? –¿Por qué me llamas bueno? –preguntó Jesús–. Solo Dios es verdaderamente bueno; pero para contestar a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: No cometerás asesinato, no cometerás adulterio, no robes; no des falso testimonio; no estafes a nadie; honra a tu padre y a tu madre. –Maestro -respondió el hombre– he obedecido todos estos mandamientos desde que era joven.” Marcos 10: 17-20 NTV
2. La mirada de Jesús
“Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él. Hay una cosa que todavía no has hecho –le dijo–. Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste porque tenía muchas posesiones. Jesús miró a su alrededor y dijo a sus discípulos: ¡Qué difícil es para los ricos entrar en el Reino de Dios. Los discípulos quedaron asombrados de sus palabras. Pero Jesús volvió a decir: Queridos hijos, es muy difícil entrar en el Reino de Dios. De hecho, ¡Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de Dios. Los discípulos quedaron atónitos. Entonces, ¿Quién podrá ser salvo? –preguntaron–. Jesús los miró fijamente y dijo: Humanamente hablando es imposible, pero no para Dios. Con Dios, todo es posible.” Marcos 10: 21- 27 NTV
3. El reclamo y la respuesta de Jesús
“Entonces Pedro comenzó a hablar: Nosotros hemos dejado todo para seguirte –dijo–. –Así es -respondió Jesús– y les aseguro que todo el que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia recibirá ahora a cambio cien veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y bienes, junto con persecución; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la vida eterna. Pero muchos que ahora son los más importantes en ese día serán los menos importantes, y aquellos que ahora parecen menos importantes en ese día serán los más importantes.” Marcos 10: 28- 31 NTV
4. Jesucristo es el Señor
“No todo el que me dice. Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros? Entonces les diré claramente: Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!” Mateo 7:21-23 NVI
“Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.” Romanos 10:9-110 NVI